El pronóstico estacional para América Latina que elabora el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño, anuncia que durante los próximos tres meses “se esperan en promedio temperaturas mínimas y máximas sobre lo normal en la zona central de Chile. Esto implica que podríamos tener altas temperaturas durante el día, con valores máximos elevados, y además noches más cálidas a lo que estamos acostumbrados”.
Estas temperaturas mínimas y máximas por sobre lo normal implican una posible aceleración en el desarrollo de los cultivos, lo que podría también adelantar cosechas, “por lo que se requiere estar muy atentos al momento en que se alcanza la madurez de cosecha para planificar la labor con una anticipación aceptable”. explica la docente de la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales de la UOH, Viviana Tudela.
El alza de temperaturas también es sinónimo de incremento de la demanda hídrica. “Los cultivos más sensibles a esta situación son las hortalizas de arraigamiento superficial, dado que la atmósfera extrae el agua con mayor facilidad desde los primeros centímetros del suelo donde se ubican las raíces de estas especies. Por esta razón, el aumento de las temperaturas implica además una necesidad de aumentar la frecuencia de riego en estos casos”, asegura la Doctora en Ciencias Silvoagrícolas y Veterinarias.
“Se espera que la fase El Niño se mantenga al menos hasta abril de 2024. De acuerdo a la actual proyección, a partir del trimestre abril-mayo-junio, la probabilidad de ocurrencia de El Niño podría caer bajo el 40%, aumentando la posibilidad de condiciones neutrales, aunque considerando que estas probabilidades son generadas a través de modelos de predicción de anomalías de temperatura superficial del mar, es importante revisar mensualmente la evolución de los pronósticos”, asegura.